El día de ayer estaba buscando que ver en la tele más o menos al medio día, cuando encontré que pasaban un episodio de Dragon Ball Z. Antes de que digan que soy un méndigo naquito, quiero decirles que nunca fui partidario de buscarle las bolas a un dragón, y más cuando al parecer la banda se hacía penitente y buscaban en lugares remotos algo que obviamente iban a encontrar con el mismísimo dragón. Dejando ésto claramente explicado, paso al comentario del supremo Kayosama, un individuo en la caricatura que supuestamente buscaba algo o alguien (que casualidad puesto que la mentada serie se trata de hacerse weyes buscando cosas) y aparte lo hacía sufriendo los estragos de lo que supongo yo fue una tremenda madriza que se debió de haber llevado a cabo a través de los 7 capítulos anteriores, a la usanza clásica de los Caballeros del Zodiaco y prácticamente cualquier churro Japonés, de aquellos que mi generación gozaba los sábados por la mañana acompañados con cajeta. Y es de ese delicioso sentimiento de libertad y falta de preocupación que gratamente regresó a mi mente por algunos segundos al escuchar esas dulces palabras, cargadas de simpleza y libres de toda razón o sentido, "el supremo Kayosama". Por favor regresa gran supremo lo que seas, regresa para poder hacer lo que se me pegue la gana y tener virtual responsabilidad de mis acciones. Y así como regresó el bonito recuerdo naquetón de mi infancia, casi con la misma propiedad instantanea (podría envidiarla la misma sopa Maruchan) me di cuenta que como el dragón, me voy a quedar sin bolas si sigo así y no disfruto de la vida que tengo ahora.
Qué mariconadas del "supremo" jajaja
1 comentario:
que trampa sheil-ong o como se escriba.
Saludos desde donde termina la civilizacion e inicia la carne asada
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